jueves, 14 de enero de 2010

Civilización: la creación de un mundo-instrumental

Enrique Dussel
Notas al ensayo Para una filosofía de la cultura, civilización,
núcleo de valores, ethos y estilo de vida
, publicado en
Filosofía de la cultura y la liberación
UACM 2006
por Omar Villarreal






Sobre las diferencias entre el medio animal y el mundo cultural (humano) y la situación en la que el hombre se encuentra en el mundo como ser cultural:

Para describir la situación en la que el hombre, como especie, se encuentra en el mundo, Enrique Dussel comienza parafraseando una idea de Max Scheler:

“el animal es su medio o queda totalmente confundido con él…; está como ligado, como perdido a su medio, y ante ese medio, evidentemente, no tiene ninguna posibilidad de respuesta autónoma; no tiene libertad; no tiene inteligencia. Se puede decir que el animal y su medio es una identidad de respuesta a las mismas incitaciones.”

Por el contrario “El hombre no está dado simplemente como algo dentro de un medio, sino que puede evadirse del medio y constituir un mundo.”

Este doble acto de “evadirse del medio” para “constituir un mundo” es lo que comúnmente llamamos cultura.

Esto es posible porque “el hombre al ver “algo” no lo ve simplemente como ahora es, sino que a su vez tiene un proyecto que sabe objetivar en la cosa que todavía no es, y a causa de esto es capaz de crear instrumentos (…) el hombre trasciende el mundo animal porque es capaz de rodearse de un mundo-instrumental (…) el hombre está rodeado de un mundo que es mundo-cultural (que, sin embargo) no es todavía lo suficientemente trascendente… para comprender la existencia humana… Porque el hombre se encuentra aún como totalmente vertido en ese mundo cultural, sin tomar autoconciencia de su situación en él (…) es decir, el hombre vive en su mundo cultural; vive ahí como perdido, un tanto analógicamente como lo hacía el animal (en el medio natural)… Porque todo le es obvio, todas las cosas; le parece entenderlo todo perfectamente, naturalmente”

“… sin embargo
(las nociones que conforman el mundo cultural humano en cualquier espacio tiempo) no son tan obvias porque esas cuestiones fundamentales podrían ser objeto de un nuevo análisis. Es en ese momento… de reflejo en el que debemos situarnos para salir de la actitud que se llama “posición natural”, la posición perdida del hombre en su mundo, para pasar reflejamente a pensar y a tomar autoconciencia de los distintos niveles en los cuales nuestra vida acontece.”

“… no solamente somos distintos del animal porque podemos reflejarnos nosotros mismos y construir un mundo cultural, sino que podemos realizar una segunda reflexión para que ese mundo cultural se pueda tematizar…”




(pp. 142-145)


Sobre los niveles metodológicos que, según Dussel, deben observarse para la comprensión de lo que es la cultura:

Primer nivel: el mundo instrumental

Dussel identifica cuatro niveles metodológicos que tenemos que observar en la comprensión de la cultura. El primero es el nivel de los instrumentos que el hombre crea. Al respecto dice que en “el hombre, desde la piedra toscamente pulida, y aún sin pulir, hasta los satélites de nuestros días, hay una continuidad en este mundo instrumental. Ricoeur indica que a ese mundo de instrumentos se le puede llamar civilización. Esa civilización va a poder ser universal… porque tiene ciertas características que le permiten perfectamente al hombre manipularlas, aunque pertenezcan a distintas culturas.” Esto es claro si se piensa que mediante la instrucción, la ciencia o la técnica, es posible el “manipuleo” de cualquier instrumento creado por el hombre.

Si bien esto es cierto, Dussel no anota a aquí que ese “manipuleo” de instrumentos genera cambios profundos en la vida cultural de los pueblos que los adoptan e incorporan. Cambios que, siguiendo a McLuhan transforman no sólo el complejo psíquico y social del hombre sino la cultura, el pensamiento y las pautas de acción en una sociedad, entendida como comunidad de cultura.

Dussel pasa por alto este planteamiento cuando afirma que “estos instrumentos son impersonales, y es por ello que pueden pasarse de una mano a otra; este pasarse instrumentos, este hecho de transmitirse objetos de uso significa un cierto status, un cierto nivel de objetividad impersonal.”

En oposición a Dussel, la transmisión de objetos de uso (instrumentos o medios tecnológicos) ya sea entre generaciones o entre culturas, sí es personal, ya que para que la “transmisión” suceda, tiene que darse una especie de “apropiación” en la que el hombre que usa el nuevo instrumento, o la sociedad que lo toma para sí, lo incorporan, interiorizándolo de forma profunda y “personal” o sea, concreta. Personal es quizá el término más adecuado, ya que la interiorización es tan profunda como la que ocurre en un paciente que al perder una pierna, usa una prótesis, aprendiendo a relacionarse con ella como si fuera parte de sí. Además, la transmisión de instrumentos no es por fuerza universal, aún cuando la apropiación de un instrumento proveniente de otra cultura es posible y factible para cualquier ser humano, existen otras condicionantes que pueden impedirla.

Más adelante, Dussel señala acertadamente que “estos instrumentos se dan en sistema; no es un instrumento solo, es un sistema de instrumentos, cada uno está trabado con los otros y todos constituyen un sistema, y estos sistemas, cuando son un macrosistema, los llamamos grandes civilizaciones.”

Luego dice que “El sistema crece por acumulación, es decir, un hombre pasa a otro algo, pero éste a su vez produce algo nuevo, inventa nuevos procesos que a su vez se van pasando de mano en mano.”

Este último párrafo reafirma que la transmisión de un instrumento ocurre de forma personal. Y es precisamente esa “personalidad” en la apropiación lo que posibilita la creación de nuevos instrumentos y la complejidad continua en los sistemas de instrumentos que el hombre crea.


(pp. 145-148)


Segundo nivel: el núcleo objetivo de valores o valor del mundo

“toda persona, todo grupo, actúa siempre en vista de ciertos valores
(que organizados en sistema constituyen) “una cierta visión del mundo” (…) Y esta jerarquía, esta visión del mundo, rige en alguna manera los comportamientos futuros de esa cultura. (…) también los valores se dan en sistema… La acumulación valorativa es sin embargo distinta que la civilización; porque la acumulación de instrumentos es meramente cuantitativa (no estoy por completo de acuerdo con esta idea, pues los instrumentos también conforman sistemas complejos), mientras que la acumulación de las visiones o de la valoración del mundo es cualitativa.”

Dussel afirma que “no hay propiamente transmisión de valores, sino que hay comunicación”, puesto que para formar parte de una comunidad tengo que “identificarme con su “modo-de-vida”, y hasta comprender su lengua y tener connaturalidad con su historia… para que yo pueda realmente vivir esos valores y adoptar esas actitudes.”

Concluye entonces que “La civilización (entendida como la creación y transmisión de instrumentos) puede universalizarse, mientras que la cultura puede comprenderse sólo cuando nos incorporamos a la comunidad que la vive.”


(pp. 149-155)


Tercer nivel: ethos o sistema de actitudes

“El nivel objetivo de valores hace que el hombre, a su vez, se predetermine en la acción, de tal modo que una visión del mundo determina en el hombre una cierta actitud: esa actitud que los griegos llamaban ethos; es un tercer nivel que quiero describir”

“Llámese civilización… al sistema de instrumentos. Llamo cultura, en cambio, a los dos niveles analizados: visión del mundo y actitudes;”


(pp. 151-152)


Cuarto nivel: estilo de vida

Dussel da cuenta de que “aún esas actitudes y ese mundo objetivo se puede objetivar” más. Como resultado de esta objetivación surge “un estilo de vida, que expresa unitariamente la totalidad de un mundo de valores y de actitudes que se objetivan o fenomenizan en dicho estilo.”


(p. 153)


Sobre una descripción general de la cultura desde el pensamiento de Dussel:

“… cultura es el conjunto orgánico de comportamientos predeterminados por actitudes ante los instrumentos de civilización, cuyo contenido teleológico está constituido por valores y símbolos del grupo, es decir, estilos de vida que se manifiestan en obras de cultura y que transforman el ámbito físico-animal en un mundo, un mundo cultural.”


(p. 153)

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